Una lamentable mañana

El día de su cruel fusilamiento, el General Tomás Castaño recordó esa mañana fría y turbia en la que su madre lo llevó a conocer el mar.
El pueblo Paleta contaba con cinco edificios y casas hechas de adobe, las cuales estaban ubicadas cerca a las montañas.
Nada alrededor tenía nombre aun y para poder referirse a cualquier cosa se tenía que apuntar con el dedo.

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